Paulina era casi una niña cuando vino a visitarnos por primera vez en el año 2006. Una mujer trabajadora que con mucho esfuerzo e ilusión había comprado sola su primera casa, que curiosamente estaba un par de calles detrás de nuestra tienda, por lo que cada vez que venía ver su casa veía nuestro escaparate y deseaba entrar, pero no se atrevía, pensaba que era todo tan chulo y tan de diseño que seguramente no se lo podría permitir… Al final decidió entrar y nos enamoró porque es muy tierna y encantadora pero también porque le apasiona su casa y disfruta cada elección y cada decisión. Poco a poco fuimos trabajando y conociéndonos más. Por aquel entonces Paulina estaba soltera y nos confesó que su ilusión era tener una cama con dosel, “una cama de princesa” le decía yo juguetón y ella se reía tímida. Es muy bonica Paulina, jejeje. Hoy, 15 años después, acabamos de montarle la habitación de sus preciosos mellizos Martina y José Ángel, y lo disfruta tan ilusionada como en su día disfrutó de su cama con dosel (de princesa según yo, porque eso es ella para mí), después, de su maravillosa habitación de matrimonio (cuando se casó con su príncipe, su Ángel en realidad, jejeje) y de su sofá, primero más pequeño cuando era single y luego otro más grande cuando formó su familia. No podemos estar más agradecidos a Paulina por su forma de ser y por su forma de vivir la creación de su hogar, pero además porque es una de nuestras embajadoras, le habla de nosotros a todo el mundo y nos pone por las nubes. Gracias a ella tenemos el placer de contar entre nuestros queridos clientes con sus hermanos, amigos y conocidos. Y como Paulina otro montón de Cúbicas y Cúbicos a los que estamos tremendamente agradecidos, porque sin vosotros nosotros no somos nada. Nos encanta nuestro trabajo, es verdad, pero la mayor parte de esta fiesta sois vosotros, queridas y queridos clientes.
